miércoles, 15 de junio de 2011

Indignados


Quiero dedicar este post al reciente “movimiento 15-M” o “movimiento de los indignados” en España, un curioso e inesperado fenómeno que parece haber nacido espontáneamente y que agrupa a ciudadanos pertenecientes a diversos grupos de edad y escala social en una pacífica protesta que, en cierta forma, ha tomado como modelo aquellas otras que afectaron recientemente a diversos países del mundo árabe, principalmente Egipto y Túnez. Gracias a internet y las redes sociales, un heterogéneo grupo de colectivos se movilizó, tomando las plazas de las principales ciudades españolas de forma pacífica, para protestar y debatir propuestas ante la aguda crisis, no sólo económica, creada desde los poderes económicos y políticos y cuyas consecuencias recaen principalmente sobre la población más desfavorecida.

No pretendo investigar aquí todas las causas, motivos o reivindicaciones de este movimiento, tan sólo reproducir y comentar unas pocas ideas que captaron mi atención, extraídas de diversas fuentes afines al movimiento, y que considero muy interesantes.

Nos estamos uniendo para que crezca la consciencia de humanidad que hay en todos nosotros.

Estamos cansados que nos engañen y nos manipulen desde los medios de comunicación. Mucha gente piensa que el cambio no es posible. Pero el cambio ya ha empezado. Todos tenemos dentro un corazón, y todos debemos pensar más con el corazón, y vivir en una cadena de favores, ayudándonos los unos a los otros. Debemos evolucionar, ser mejores personas, debemos pensar más en lo realmente importante: la vida, el amor, la libertad y la felicidad, y menos en lo material.

Tiene que ser una evolución de la humanidad, y empieza por cada uno de nosotros mismos; sabemos más de lo que creemos. Somos nuestros propios dioses. Si realmente existe algo superior, debe estar dentro de cada uno de nosotros…

Sé realista, sueña con lo imposible… Abretumen-t

Si por algo captaron mi atención las reivindicaciones del 15-M es por su enfoque “conciencial” y humanístico, por su esencia pacífica y su voluntad de no limitarse a resultar una simple protesta, aportando propuestas que ayuden a mejorar nuestras relaciones sociales.

Aunque el movimiento ha gozado de una cierta atención mediática, desde los ámbitos de la política parece desprenderse una total indiferencia ante la importancia del creciente malestar en nuestra sociedad. Es posible que el mismo carácter humanístico que se encuentra en la base del pensamiento de “los indignados” sea percibido como demasiado utópico y carente de importancia desde las esferas de los poderes económicos y políticos, ya no sólo de nuestro país, sino de la cada vez más interconectada sociedad mundial.

Es cierto que en estos momentos todavía nos hallamos ante un reducido movimiento de influencia más bien escasa. Como toda criatura en sus primeros instantes de vida. Pero, como se indica en las líneas reproducidas anteriormente, el cambio ya ha empezado. Las ideas sobre la “nueva conciencia” llevan ya un tiempo entre nosotros, extendiéndose, influyendo sutilmente cada vez a más personas.

Los teóricos del materialismo económico y cultural piensan que los cambios sociales no pueden originarse en la conciencia, pues para ellos las ideas son tan sólo un reflejo mental colectivo que se forma posteriormente a los cambios en las estructuras sociales derivadas de las pugnas por el control de los medios de la producción económica. Pero estas posturas olvidan que toda evolución es un proceso que se produce a todos los niveles. La actual crisis económica sólo ha resultado un elemento clave que ha posibilitado una manifestación de esa “nueva conciencia” bajo una forma definida. El otro elemento clave es la evolución de las nuevas tecnologías, fundamentalmente internet y las redes sociales. Visiones transculturales como el llamado paradigma holístico, que a grandes rasgos propugna la interconexión e interrelación de todo lo existente, de todos los seres, y que se hallan arraigadas en el pensamiento de la “nueva conciencia”, no tendrían sentido sin internet y sus posibilidades de interacción a nivel global. Las más modernas corrientes de la psicología o la antropología utilizan el modelo de interconexión en red entre los individuos para formular sus teorías sobre el comportamiento y las relaciones humanas en sociedad.

Es por todo ello que bien harían las clases dirigentes en prestar su debida atención a este movimiento que nace, puesto que las ideas que lo sustentan ya se encuentran enraizadas en la conciencia de muchas personas. Todo cambio es un lento proceso de adaptación ante unas situaciones novedosas. No podemos esperar que el cambio se produzca en poco tiempo, debemos tener paciencia puesto que, desgraciadamente, la historia nos enseña la facilidad con que se corrompen las “altas ideas” y las situaciones degeneran en violencia y sufrimiento para toda la sociedad. Pero nuestros gobernantes también deben comenzar ya por hacerse eco de algunas de las propuestas surgidas de las “asambleas ciudadanas” celebradas en las plazas de nuestras ciudades.

Por fin un soplo de aire fresco en la adormilada sociedad del ocio, el consumo y los reality-show…