jueves, 4 de noviembre de 2010

Arte en el Antiguo Egipto - Segunda parte. El templo egipcio


En el post anterior vimos algunas de las características generales del arte egipcio y también algunas nociones sobre su arquitectura. Hoy recorreremos cada una de las partes de que constaba un templo egipcio y sus correspondientes funciones.

1.- Temenos: el muro exterior del recinto del templo o temenos simboliza las aguas primordiales de donde surgió la creación. El agua es para los egipcios el elemento del que surge la vida; antes de venir a la existencia, el universo se halla “latente” o inmanifestado, por eso el interior del temenos, el recinto del templo, simboliza el cosmos ordenado, mientras que el exterior representa lo inmanifestado, el caos primordial.

2.- Avenidas de esfinges, carneros o monolitos: Representan el camino que atraviesa de lo inmanifestado a la manifestación. Las esfinges, símbolos solares, eran para los egipcios las presencias o seres que guardaban el amanecer y el atardecer, los cambios de dimensión.

3.- Pilono: La entrada principal al recinto propiamente dicho del templo, que solía estar guardada por dos colosos que reflejaban el rostro del faraón y que, con mirada severa, simbolizaban los guardianes del umbral de acceso a lo sagrado. El pilono se encontraba orientado al este y de él se colgaban los banderines denominados Neter, que significa divinidad. También, junto a los colosos, se erigían los obeliscos, auténticos “rayos de sol petrificados” que simbolizan el poder de Ra, el dios del Sol.

4.- Patio Interior: generalmente porticado, aunque abierto a la luz solar, constituía el recinto donde se celebraban las fiestas sagradas dedicadas al dios. Era la única parte del templo donde se permitía el acceso al pueblo llano, a los no iniciados en los misterios de la divinidad.

Detalle sala hipóstila.
Templo de Karnak, Luxor
5.- Sala hipóstila: sala cubierta donde un bosque de monumentales columnas soportan el entablamento. De acceso restringido a sacerdotes y miembros de la alta realeza, simboliza el espacio donde se desarrolla la vida, la naturaleza, entre la tierra y el cielo, por ello el techo solía estar decorado representando la bóveda celeste. Las columnas, asociadas en este caso al dios Shu, el espacio vital, son el eje que comunica los tres mundos, el mayor exponente de lo espiritual. Siguiendo el canon egipcio de representación de elementos naturales, los capiteles de las columnas figuraban una flor de loto, abierta o cerrada en función de su proximidad al eje principal de la sala hipóstila, en función de su proximidad a la luz solar, una planta de papiro, tal vez una palmera o incluso la cabeza de la diosa Hathor .

6.- Sala de la barca: aquí se guardaba la barca del dios, que utilizaban durante sus anuales fiestas conmemorativas para transportarlo (tal vez una reminiscencia de aquellas procesiones podamos encontrarlo en nuestras festividades de Semana Santa o las tradicionales romerías andaluzas).

7.- Santuario: era la sala más profunda, oscura e inaccesible del templo, de acceso restringido únicamente al sumo sacerdote y al faraón, donde se guardaba la estatua o imagen "viva" del dios.

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