miércoles, 24 de septiembre de 2014

Culturas pre-hispánicas - Chavín de Huántar - II Parte - Arquitectura


         Pirámides, plazas, intrincadas galerías, zócalos ciclópeos, canalizaciones de agua, escalinatas, pórticos o enigmáticas esculturas. La cultura Chavín alcanzó grandes logros en todos los campos y uno de estos logros fue sin duda la arquitectura, tal vez la más alta demostración arquitectónica de todas las culturas pre-incaicas. La construcción del centro ceremonial de Chavín de Huántar representa un gigantesco salto para la sabiduría del hombre andino. A través de un trabajo perfectamente planificado por la necesidad de la edificación de un lugar donde rendir culto a sus divinidades, son expresados un sinfín de conceptos matemáticos que hoy en día tomamos como corrientes, pero que para la época de su construcción, iniciada supuestamente en torno al año 1200 a.C., representan un descomunal avance que sus sucesores ya no supieron aprovechar.


Pórtico de las Falcónidas, en el lado
este de la Pirámide Mayor
La construcción del complejo, perfectamente orientado hacia los cuatro puntos cardinales y mirando hacia el este, se realizó en tres fases diferenciadas. La primera etapa corresponde al denominado como Templo Viejo o Templo El Lanzón. Erigido en forma de U, en su centro se sitúa la conocida como Plaza Circular y la escalinata que conduce a la galería El Lanzón, lugar de reposo de su principal divinidad. La II fase comprende la construcción de la Pirámide Mayor, también conocida con el nombre de El Castillo. Durante la última fase se amplió la Pirámide hacia su lado sur, incluyendo varios elementos, como el Pórtico de las Falcónidas, que aportaron un mayor esplendor al monumento. El material utilizado para su construcción es la piedra granítica, presumiblemente transportada con suma dificultad, puesto que el hombre chavino no conocía la rueda, desde las vertientes orientales de la Cordillera Blanca. Sus ciclópeos muros, admirablemente ensamblados y cuyas aristas forman ángulos perfectos de 90 grados, fueron erigidos con piedras de diversos tamaños, acopladas mediante un mortero arcilloso que ha resistido el paso de los siglos. 

Escalinata en el lado este de
la Pirámide Mayor
El genio creador de la cultura Chavín les condujo a tratar de alcanzar una perfecta armonía de su arquitectura con el mundo natural, grabando un mensaje, su propia cosmovisión, codificado a través de las líneas, volúmenes, simetrías, círculos o su arte abstracto aplicado a la construcción en piedra. Prueba de ello son por ejemplo las escalinatas situadas en el lado este de la Pirámide Mayor, que ascienden hacia el torreón situado en la cúspide y que realizaba la función de observatorio astronómico, escalinatas cuyos peldaños fueron tallados y colocados de tal forma que presentan una perfecta simetría, y cuyas aristas tienen sus ángulos de 90 grados increíblemente exactos, denotando los evidentes conocimientos matemáticos y geométricos que poseían; o la intrincada red de galerías subterráneas, se conocen más de una veintena, perfectamente entretejidas en el interior de la Pirámide, como expresión de “el poder de un mundo misterioso y subterráneo, de los que transitan en el más allá”, como indica el arqueólogo Luis Lumbreras; y qué decir del Pórtico de las Falcónidas, cuya armonía entre las líneas verticales y horizontales son evidente signo de geometrización, además de reflejar su integración en un todo perdurable. Sus dos columnas, de casi 2,5 m de altura y talladas en diorita, inmortalizan en sus grabados las figuras antropomorfas de dos divinidades aladas, respondiendo a la concepción dialéctica de un universo dual, donde el ser humano se encuentra sujeto a la ley del equilibrio.

Por motivos de espacio, tan sólo mencionaré otros elementos que foman parte de este fabuloso complejo, como las diferentes plazas circulares y cuadrangulares, el complicado sistema hidráulico o los ciclópeos zócalos y cornisas, además de los diversos monolitos y estelas que forman parte de su producción artística. En definitiva, aunque todo el complejo fuese programado en diferentes fases, la impresión es la de un todo unitario perfectamente planificado, convirtiendo el Santuario en la perfecta expresión de lo eterno, lo sagrado, desafiando el inefable devenir del tiempo.


Próximo: iconografía, cosmovisión y elementos simbólicos en Chavín de Huántar.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Culturas y asentamientos pre-hispánicos - Chavín de Huántar - I Parte


“Ahí, en medio de un vertiginoso ámbito de los Andes, comenzó a latir el corazón del Perú. Allá arriba, arropado por el ronco murmullo del río Mosna, yace esa colosal obra. Todo lo que está, sobrecoge por su misterio”

Júlio César Tello

         En el corazón de los Andes, a 3185 metros de altitud y situado en un estrecho valle de la Cordillera Blanca, en la confluencia de los ríos Mosna y Huacheqsa, se encuentra uno de los más fabulosos centros ceremoniales pre-hispánicos que existen en Perú, Chavín de Huántar. Se trata de uno de los lugares más enigmáticos de la arqueología peruana, un lugar aún hoy rodeado de un persistente halo de misterio.

         Chavín de Huántar supone un antes y un después en la evolución de las culturas andinas. Según Julio C. Tello, padre de la arqueología peruana que investigó el enclave durante la década de los años 20 del s. XX, afirmó que la cultura Chavín, cuyo apogeo se sitúa en el 1er milenio a.C., se encontraba en el origen, fue la matriz y el centro de difusión de todas las culturas pre-hispánicas posteriores. Si bien esta tesis de Tello ya se encuentra superada, debido a que la arqueología contemporánea ya ha investigado importantes asentamientos culturales prechavinos y ha establecido el origen de esta cultura como una síntesis de desarrollos culturales anteriores, sí es cierta su amplia influencia, que abarcó gran parte del Perú en su momento de mayor apogeo, mientras que determinados elementos procedentes de su iconografía y su imaginario religioso perduraron en desarrollos culturales posteriores, más allá del momento de su declive y desaparición, a finales del s. III a.C. Incluso determinados investigadores has establecido la posibilidad de que el complejo ceremonial de Chavín de Huántar se tratara de una especie de lugar de peregrinaje oracular, a partir de ciertas afirmaciones realizadas por los cronistas españoles en tiempos de la conquista: “Junto a este pueblo de Chavín hay un gran edificio de piedras muy labradas de notable grandeza; era Guaca y Santuario de los más famosos de los gentiles, como entre nosotros Roma o Jerusalén, a donde venían los indios a ofrecer y hacer sus sacrificios; porque el demonio de este lugar los declaraba muchos oráculos y así acudían de todo el reino…” (Antonio Vásquez de Espinosa, Compendio y descripción de las Indias Orientales).


Existen estudios que, desde el ámbito del materialismo cultural, han postulado la existencia de un Estado Teocrático Andino cuyo centro neurálgico sería Chavín de Huántar. Estado porque resulta una de las primeras ocasiones donde se institucionalizan las desigualdades sociales, surgiendo las clases sociales, donde un grupo minoritario de la sociedad se distancia de las tareas productivas básicas, pasando a controlarlas, manipularlas y consumirlas. Teocrático porque la coerción sobre la población se ejerce mediante el establecimiento de una normativa religiosa, es decir, más que a través de la fuerza militar, las narrativas mitológicas y religiosas se dirigen a normativizar y dirigir las posibles tensiones sociales que puedan surgir de la explotación. Es el momento del surgimiento del sacerdote-chamán, el especialista religioso que se sitúa como intermediario entre los tres mundos de su cosmovisión (cielo – tierra – inframundo), cuyo conocimiento mágico, fundamentado en la observación astronómica, se expresa a través de la difusión y el ejercicio de un potente sistema religioso de creencias desplegado en complejas ceremonias de carácter público, una ideología religiosa revelada a través de un universo iconográfico particular, donde un panteón de dioses antropomorfos inspirados en determinados elementos felínicos, con carácter agresivo e intimidatorio, son satisfechos mediantes sacrificios y ofrendas…


Continuará...