martes, 31 de enero de 2012

Rennes-le-Château y el hallazgo del Santo Grial - II Parte



Otro elemento a tener en cuenta son las catorce estaciones del Vía Crucis. Para empezar, normalmente las estaciones se sitúan en el sentido de las agujas del reloj, mientras que en la iglesia de Rennes se sigue el orden inverso. Se observan además diversas anomalías en varias estaciones, como la repetitiva aparición de la mezquita de la Cúpula de Roca, construida en Jerusalén entre los años 688 y 692 d.C., mucho después de la época de Cristo. Otra incoherencia la encontramos en la octava estación, donde una mujer arrodillada abraza a un niño vestido con falda escocesa, hecho supuestamente relacionado con alguno de los grados iniciáticos de las logias masónicas. También, en la estación decimocuarta, Jesús no resucita en su sepulcro, sino que aparentemente es trasladado a toda prisa por varios hombres durante la noche; la posición de su herida en el costado, además, es errónea, porque la imagen se encuentra invertida dentro del conjunto de un vía crucis ya de por sí invertido. Para poder observar el lado correcto, es preciso utilizar un espejo. Como último elemento curioso entre los múltiples existentes citaremos la zona del altar, al fondo de la capilla, que resalta por dos de sus estatuas. A mano derecha, la Virgen sostiene un niño en sus brazos, a la vez que frente a ella encontramos un San José representado de forma inusual, pues también sujeta un niño en brazos. La iglesia contiene dos niños. Este hecho ha suscitado mucha polémica sobre la identidad de este infante sostenido por José, desde que se trata de un hermano de Jesús a que existió un hijo de Jesús.

Pero tal vez la mayor de las polémicas se refiera al hallazgo de dos pergaminos codificados por el abad de Rennes, aquellos que contenían el secreto sobre el Grial, supuestamente en el interior de uno de los dos pilares visigóticos que sujetaban el altar antes de la restauración. Ambos manuscritos, escritos en lengua latina, presentan una serie de incoherencias y errores que, tras un complicado análisis, revelan una serie de caracteres encriptados. Aplicando varios métodos diferentes de descifrado mediante una palabra clave, que se encontraba grabada en una de las tumbas del cementerio de la villa, el segundo de los pergaminos revela la siguiente frase:

"Pastora sin tentación, que Poussin y Teniers custodian la clave (o llave) - paz 681 - Por la cruz y este caballo de Dios - termino (o mato) este demonio custodio a mediodía- Manzanas azules".

Revelaremos ahora, muy brevemente, parte del significado de este mensaje. La mención a la Pastora se refiere, sin duda, a María Magdalena. Nicolás Poussin, pintor neoclásico francés del s. XVII, es el creador de una obra titulada Les bergers de l’Arcadie (Los Pastores de la Arcadia), donde dos hombres y una mujer cuyo oficio es el pastoreo se sitúan señalando una antigua tumba. La relación con el misterio de Rennes se refiere a un sepulcro real situado en los alrededores del valle del Aude, en un bosque junto a la localidad de Arques, y que supuestamente podría ser el lugar de descanso de alguno de los personajes relacionados con el misterio. Desafortunadamente, la tumba fue destruida por el propietario de las tierras a mediados de la década de los 80, justo cuando comenzó a popularizarse el enigma de Rennes-le-Château. El demonio custodio describe a Asmodeo. Y las manzanas azules son un curioso efecto luminoso que se produce en la iglesia de Magdalena cada 17 de enero. Con los primeros rayos del amanecer, la luz proyectada a través de una de las vidrieras es reflejada en la forma de varios círculos (manzanas) de un color azulado. Tras recorrer la iglesia, las luces convergen en el cáliz situado en el centro del altar ¿El Grial? Algunos autores han otorgado un significado iniciático a semejante efecto. Lo curioso del caso es que el 17 de enero es el día de la festividad de San Antonio Abad, uno de los santos representados en el interior de la iglesia, además de resultar la fecha del fallecimiento del abad Saunière.

Así pues, antiguas leyendas, fabulosos tesoros, misteriosos pergaminos cifrados, extraños elementos en una iglesia que se supone católica…, todo ello y mucho más encontraremos en esta insólita y pequeña villa desde la que se domina todo el valle del Aude, un hermoso paraje plagado de misterios que es imprescindible visitar con todos los sentidos alerta, pues la clave del hallazgo del Grial bien podría ocultarse en el interior de cualquiera de las grutas, criptas subterráneas o incluso en el interior de un antiguo pilar visigodo…


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