domingo, 12 de diciembre de 2010

El poder de crear nuestra realidad. Primera parte


¿Se han fijado en la enorme influencia que determinadas ideas ejercen sobre nuestra forma de ver la vida? ¿Cómo experimentamos el amor? ¿La justicia? ¿La libertad? ¿Qué hace diferentes, especiales a estas ideas en comparación con otras? ¿De dónde proviene su poder sobre nosotros?

Nuestra personal visión de la existencia se fundamenta sobre una singular serie de conceptos más o menos integrados socialmente y aceptados individualmente, que estructuran nuestra realidad vivencial, una serie de significados que constituyen una estructura, casi una institución sobre la forma como experimentamos la realidad individual y colectivamente. La historia de la filosofía y, en general, de las ciencias humanas se halla plagada de teóricos que han tratado de aportar diferentes explicaciones a este problema: Platón y la filosofía idealista en general otorgaban una entidad real y separada a tales ideas (bien, justicia, belleza, etc.), las llamaron arquetipos universales y creyeron que el mundo natural no era más que una copia, un reflejo en la materia de esos mundos invisibles y perfectos; otras corrientes las consideraron más bien categorías restringidas por el contexto socio-cultural, es decir, el significado de una idea como la justicia o la libertad puede variar dependiendo de la cultura que la formule. En este sentido, este tipo de ideas no dejan de resultar auténticas instituciones, mecanismos del colectivo que aportan los modelos considerados válidos (estereotipos) tanto para la propia percepción como para el desarrollo del individuo en sociedad.

Pero más allá de su origen y su misma esencia, tal vez debamos investigar su funcionamiento en nosotros mismos y nuestro entorno. ¿Qué significa para mi entorno la libertad? ¿Cómo la experimenta? ¿Cómo la experimento yo? ¿De qué forma puede una idea penetrar, crecer y llegar a dominar toda la experiencia de una persona?

Contrariamente a lo que podría parecer, se trata de un mecanismo sumamente sencillo. Cuando se desea establecer una idea en la conciencia colectiva, ésta debe acompañarse de repetición y sentimiento. Uno de los procesos de aprendizaje fundamentales en el ser humano es el método por ensayo y error, desarrollando nuestras habilidades mediante la repetición ya desde la infancia. Y más allá de esto, el hombre tiende a rutinizar su existencia, debido a una necesidad intrínseca de orden y autocontrol, puesto que lo extraordinario, la anomalía y lo inesperado suelen ser causa de tensiones a nivel psicológico. Por otra parte, para que una idea se imponga, debe acompañarse de un fuerte componente emocional, debe dirigirse más hacia el sentimiento que hacia la razón lógica. Un ejemplo clarificador sobre cómo actúan estos mecanismos en el particular caso de la manipulación consumista a través de los medios de comunicación de masas, podría ser la forma como se forjan la mayoría de anuncios publicitarios desde hace algunos años. El producto que se desea vender es asociado con alguna de las ideas “arquetípicas” que permanecen invariablemente en la mente del colectivo, por ejemplo, la idea de libertad. Aunque esto resulte una falsedad, la constante repetición del anuncio provoca en la mentalidad un efecto inconsciente de rutinización, es decir, con el tiempo la mera imagen o mención del producto es realmente asociada por el individuo a una idea, tal vez un estilo de vida, y una emoción, el deseo de poseer ese “bien” material para satisfacer una “necesidad” de bienestar. A la luz de lo expuesto, reflexionen, por ejemplo, en los efectos que les produce la siguiente frase: “¿Te gusta conducir?”

Continuará...

1 comentario:

  1. Vamos a ver.., el artículo es muy bueno y se podrían apostillar muchas cosas, pero quizá, como siempre en casi todo, cuanto menos se diga mejor.
    Yo me quedaría con la idea de arquetipo, de los cuales Jung también habló: del arquetipo masculino y femenino.
    Yo sólo sé que las imágenes arquetípicas (egregor grupal), una vez alcanzado un determinado umbral colectivo (masa crítica), se convierten en una realidad paralela que nos inspira. O algo así.
    Yo, al menos, por lo que infiero, me parece que es así una de las formas de ayudar de los arquetipos en el desarrollo de la conciencia humana como civilización.
    Un saludo.

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