lunes, 9 de mayo de 2011

La ciudadela medieval de Carcasona


En la región francesa del Aude, a 160 Km. de la frontera española, se halla la gran fortaleza medieval de Carcasona. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997, es la mayor ciudad amurallada que se conserva en Europa. Por eso no es de extrañar que cuando se contemplan sus imponentes murallas, se penetra en la ciudad por la “puerta Narbonesa” o se visita la basílica gótica de San Nazario, se quede uno sobrecogido por su majestuosidad, sintiendo cómo el alma es transportada a un tiempo de leyenda donde brillantes caballeros occitanos se enfrentaban a las malvadas huestes del ejército cruzado para proteger su ciudad, sus creencias y su forma de vida. Pero, ¿cuándo fue erigida una ciudadela tan formidable como la “Cité”? (ciudad medieval amurallada)

Los primeros asentamientos se produjeron hacia el siglo VI a.C., como demuestran las excavaciones arqueológicas que han localizado restos de cabañas construidas por los Iberos; pero fueron los romanos, tras su conquista de la región de Narbona el año 122 a.C., quienes construyeron las primeras murallas. La situación estratégica en que se ubica la ciudad la convirtió en un importante objetivo de conquista durante las distintas épocas de la historia. Como consecuencia de esto, las fortificaciones sufrieron continuas ampliaciones y mejoras para adaptarse a la evolución de las técnicas de guerra.

Tras los romanos llegaron los francos y más tarde los visigodos. A esta época pertenece una de las leyendas sobre el Grial, el sagrado objeto que según algunas teorías pudo formar parte del tesoro de Salomón y que los romanos robaron de Jerusalén el año 70 d.C. Posteriormente, el rey visigodo Alarico lo llevó consigo a Carcasona, tras el saqueo de Roma en el 410 d.C. El tesoro, además de grandes reliquias religiosas, estaría formado por miles de monedas de oro y plata de varias épocas que pudieron ser las que trasladaron los cátaros a lugar seguro un año antes del asedio al castillo de Montsegur, su último bastión. Algunos investigadores relacionan este tesoro con el que habría descubierto a finales del s.XIX Bérenger Sauniére, párroco de la cercana villa de Rennes-le-Château, que se hizo muy rico en extrañas circunstancias...

En el año 725, los sarracenos tomaron Carcasona. De este período se conserva un relato sobre el origen del nombre de la ciudad. Según se cuenta en varias canciones compuestas por trovadores varios siglos después del acontecimiento, el emperador Carlomagno decidió reconquistar Carcasona para los cristianos asediándola hasta que los defensores capitularan por la falta de provisiones. En el momento más crítico, tras cinco largos años de sitio, la mujer del rey sarraceno Balaack, la Dama Carcás, tuvo la brillante idea de arrojar desde una de las torres el último cerdo vivo que les quedaba, engordado además con los también últimos granos de trigo. Esta estratagema surtió el efecto deseado y Carlomagno, desanimado, abandonó el cerco. Mientras se retiraban, la Dama hizo sonar los clarines de la victoria y uno de sus comandantes le hizo al emperador la siguiente observación: “Carcàs sona!” (Carcás suena).

Continuará...

Artículo publicado originalmente en la revista "El mundo de Sophia", número 32

1 comentario:

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