Pirámides, plazas, intrincadas
galerías, zócalos ciclópeos, canalizaciones de agua, escalinatas, pórticos o
enigmáticas esculturas. La cultura Chavín alcanzó grandes logros en todos los
campos y uno de estos logros fue sin duda la arquitectura, tal vez la más alta
demostración arquitectónica de todas las culturas pre-incaicas. La construcción
del centro ceremonial de Chavín de Huántar representa un gigantesco salto para
la sabiduría del hombre andino. A través de un trabajo perfectamente
planificado por la necesidad de la edificación de un lugar donde rendir culto a
sus divinidades, son expresados un sinfín de conceptos matemáticos que hoy en
día tomamos como corrientes, pero que para la época de su construcción,
iniciada supuestamente en torno al año 1200 a.C., representan un descomunal
avance que sus sucesores ya no supieron aprovechar.
Pórtico de las Falcónidas, en el lado este de la Pirámide Mayor |
La construcción del complejo, perfectamente orientado
hacia los cuatro puntos cardinales y mirando hacia el este, se realizó en tres
fases diferenciadas. La primera etapa corresponde al denominado como Templo
Viejo o Templo El Lanzón. Erigido en forma de U, en su centro se sitúa la
conocida como Plaza Circular y la escalinata que conduce a la galería El
Lanzón, lugar de reposo de su principal divinidad. La II fase comprende la
construcción de la Pirámide Mayor, también conocida con el nombre de El
Castillo. Durante la última fase se amplió la Pirámide hacia su lado sur,
incluyendo varios elementos, como el Pórtico de las Falcónidas, que aportaron un
mayor esplendor al monumento. El material utilizado para su construcción es la
piedra granítica, presumiblemente transportada con suma dificultad, puesto que
el hombre chavino no conocía la rueda, desde las vertientes orientales de la
Cordillera Blanca. Sus ciclópeos muros, admirablemente ensamblados y cuyas
aristas forman ángulos perfectos de 90 grados, fueron erigidos con piedras de
diversos tamaños, acopladas mediante un mortero arcilloso que ha resistido el
paso de los siglos.
Escalinata en el lado este de la Pirámide Mayor |
El genio creador de la cultura Chavín les condujo a
tratar de alcanzar una perfecta armonía de su arquitectura con el mundo
natural, grabando un mensaje, su propia cosmovisión, codificado a través de las
líneas, volúmenes, simetrías, círculos o su arte abstracto aplicado a la
construcción en piedra. Prueba de ello son por ejemplo las escalinatas
situadas en el lado este de la Pirámide Mayor, que ascienden hacia el torreón
situado en la cúspide y que realizaba la función de observatorio astronómico,
escalinatas cuyos peldaños fueron tallados y colocados de tal forma que
presentan una perfecta simetría, y cuyas aristas tienen sus ángulos de 90
grados increíblemente exactos, denotando los evidentes conocimientos
matemáticos y geométricos que poseían; o la intrincada red de galerías
subterráneas, se conocen más de una veintena, perfectamente entretejidas en el
interior de la Pirámide, como expresión de “el poder de un mundo misterioso y
subterráneo, de los que transitan en el más allá”, como indica el arqueólogo Luis
Lumbreras; y qué decir del Pórtico de las Falcónidas, cuya armonía entre las
líneas verticales y horizontales son evidente signo de geometrización, además
de reflejar su integración en un todo perdurable. Sus dos columnas, de casi 2,5
m de altura y talladas en diorita, inmortalizan en sus grabados las figuras
antropomorfas de dos divinidades aladas, respondiendo a la concepción
dialéctica de un universo dual, donde el ser humano se encuentra sujeto a la
ley del equilibrio.
Por motivos de espacio, tan sólo mencionaré otros
elementos que foman parte de este fabuloso complejo, como las diferentes plazas
circulares y cuadrangulares, el complicado sistema hidráulico o los ciclópeos
zócalos y cornisas, además de los diversos monolitos y estelas que forman parte
de su producción artística. En definitiva, aunque todo el complejo fuese
programado en diferentes fases, la impresión es la de un todo unitario
perfectamente planificado, convirtiendo el Santuario en la perfecta expresión
de lo eterno, lo sagrado, desafiando el inefable devenir del tiempo.
Próximo: iconografía, cosmovisión y elementos simbólicos
en Chavín de Huántar.
Interesante discurso por su contenido.
ResponderEliminarSu construcción refleja, como ya dijiste muy bien en la primera parte del post anterior, la inclusión de ritos, lo cual nos lleva a las deidades, vamos, algo cultual.
De aquí se desprende una dicotomía desde mi punto de vista, es decir, el observatorio sugeriría un patriarcado como en otras culturas paralelas de finales de la Edad del Hierro, o bien, el intrincado sistema de túneles evocaría probablemente al útero de la gran diosa madre del matriarcado precedente.
Evidentemente, mi planteamiento se sostendría por el fenómeno de un inconsciente colectivo (C. Jung).
Saludos.
Interesante... El fenómeno del inconsciente colectivo jungiano es una de las teorías que más me satisfacen y a las que más suelo recurrir a la hora de tratar de explicar, bajo mi propio punto de vista, por supuesto, fenómenos como los que explico en la tercera parte, como por ejemplo la existencia de iconografías similares (o idénticas) en culturas tan alejadas geográficamente como Chavín o Egipto.
ResponderEliminarUn saludo