domingo, 14 de septiembre de 2014

Culturas y asentamientos pre-hispánicos - Chavín de Huántar - I Parte


“Ahí, en medio de un vertiginoso ámbito de los Andes, comenzó a latir el corazón del Perú. Allá arriba, arropado por el ronco murmullo del río Mosna, yace esa colosal obra. Todo lo que está, sobrecoge por su misterio”

Júlio César Tello

         En el corazón de los Andes, a 3185 metros de altitud y situado en un estrecho valle de la Cordillera Blanca, en la confluencia de los ríos Mosna y Huacheqsa, se encuentra uno de los más fabulosos centros ceremoniales pre-hispánicos que existen en Perú, Chavín de Huántar. Se trata de uno de los lugares más enigmáticos de la arqueología peruana, un lugar aún hoy rodeado de un persistente halo de misterio.

         Chavín de Huántar supone un antes y un después en la evolución de las culturas andinas. Según Julio C. Tello, padre de la arqueología peruana que investigó el enclave durante la década de los años 20 del s. XX, afirmó que la cultura Chavín, cuyo apogeo se sitúa en el 1er milenio a.C., se encontraba en el origen, fue la matriz y el centro de difusión de todas las culturas pre-hispánicas posteriores. Si bien esta tesis de Tello ya se encuentra superada, debido a que la arqueología contemporánea ya ha investigado importantes asentamientos culturales prechavinos y ha establecido el origen de esta cultura como una síntesis de desarrollos culturales anteriores, sí es cierta su amplia influencia, que abarcó gran parte del Perú en su momento de mayor apogeo, mientras que determinados elementos procedentes de su iconografía y su imaginario religioso perduraron en desarrollos culturales posteriores, más allá del momento de su declive y desaparición, a finales del s. III a.C. Incluso determinados investigadores has establecido la posibilidad de que el complejo ceremonial de Chavín de Huántar se tratara de una especie de lugar de peregrinaje oracular, a partir de ciertas afirmaciones realizadas por los cronistas españoles en tiempos de la conquista: “Junto a este pueblo de Chavín hay un gran edificio de piedras muy labradas de notable grandeza; era Guaca y Santuario de los más famosos de los gentiles, como entre nosotros Roma o Jerusalén, a donde venían los indios a ofrecer y hacer sus sacrificios; porque el demonio de este lugar los declaraba muchos oráculos y así acudían de todo el reino…” (Antonio Vásquez de Espinosa, Compendio y descripción de las Indias Orientales).


Existen estudios que, desde el ámbito del materialismo cultural, han postulado la existencia de un Estado Teocrático Andino cuyo centro neurálgico sería Chavín de Huántar. Estado porque resulta una de las primeras ocasiones donde se institucionalizan las desigualdades sociales, surgiendo las clases sociales, donde un grupo minoritario de la sociedad se distancia de las tareas productivas básicas, pasando a controlarlas, manipularlas y consumirlas. Teocrático porque la coerción sobre la población se ejerce mediante el establecimiento de una normativa religiosa, es decir, más que a través de la fuerza militar, las narrativas mitológicas y religiosas se dirigen a normativizar y dirigir las posibles tensiones sociales que puedan surgir de la explotación. Es el momento del surgimiento del sacerdote-chamán, el especialista religioso que se sitúa como intermediario entre los tres mundos de su cosmovisión (cielo – tierra – inframundo), cuyo conocimiento mágico, fundamentado en la observación astronómica, se expresa a través de la difusión y el ejercicio de un potente sistema religioso de creencias desplegado en complejas ceremonias de carácter público, una ideología religiosa revelada a través de un universo iconográfico particular, donde un panteón de dioses antropomorfos inspirados en determinados elementos felínicos, con carácter agresivo e intimidatorio, son satisfechos mediantes sacrificios y ofrendas…


Continuará...

2 comentarios:

  1. Es curioso como ese carácter intimidatorio ejercido por el Estado teocrático a través de esos chamanes para dominar y controlar al pueblo, tiene relación en Europa con los finales de la Edad de Hierro y también allí sus influencias de los dioses celestes con sus precisiones astronómicas, y al igual que los chamanes de Chavín de Huántar que tú muy bien mencionas.
    Ese triple eje de cielo-tierra-inframundo es muy relevante en las antiguas mitologías (por sus connotaciones prístinas posibles) y me parece una de las ideas centrales de tu discurso.
    Muy buena presentación esta primera parte (sencilla y directa) a propósito de dicha área geográfica andina. Ya te diré de modo paulatino.
    Un saludo.

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  2. Sobre el tema del triple eje y la conexión con otras culturas, léete si no lo has hecho ya, la tercera parte de esta serie de artículos dedicados a Chavín.

    Saludos

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