martes, 4 de diciembre de 2012

El Cantar de Roldán. El destino de un héroe



         El Cantar de Roldán es tal vez el más grande poema épico que nos ha legado la Edad Media. En clave legendaria, se narran los hechos acaecidos durante la batalla de Roncesvalles entre las tropas del emperador Carlomagno y Marsilio, rey sarraceno de Zaragoza. Roldán, sobrino del emperador y comandante de su ejército, cae en una emboscada y muere en combate debido a la traición de su padrastro, Ganelón. Escrito probablemente a finales del s. XI, la copia más antigua conservada es el Manuscrito de Oxford, de mediados del s. XII, en lengua anglo-normanda.

La predestinación, la inevitabilidad del destino, resulta uno de los principales elementos constitutivos de la Chanson de Roland y, como veremos, de parte de la épica germana de la Alta Edad Media. Construyendo la tensión narrativa sobre la conclusión inevitable del drama, la muerte de Roldán, el poeta proporciona una sensación de falta de libertad de los personajes en un evidente tono trágico ya desde el inicio de la obra. Los motivos para el empleo de esta temática deben buscarse en la confluencia de los cambios políticos, sociales y culturales al inicio de la época feudal en Francia, con el surgimiento de la ideología caballeresca a partir de tres factores principales: los antiguos valores germánicos, la influencia de la Iglesia y la herencia romana.

         La predestinación resultaba ya un fenómeno arquetípico central para la mayoría de las culturas germánicas precristianas establecidas en los límites del Imperio Romano. Esta configuración cultural implicaba la posibilidad del acceso al conocimiento del destino por parte de los hombres, pero no así a su modificación. Semejante angustia existencial, la pequeñez del ser humano frente al mundo natural, resultaba sin embargo motivo de catarsis, en cuanto que la predestinación ayudaba en la aceptación de la propia muerte y la religión de estos pueblos establecía el ascenso al mundo divino, para los guerreros valerosos que perecían en combate.

Con la asimilación de los pueblos germanos a la cultura y la Iglesia romanas, sin embargo, la catarsis colectiva ya no es posible, en cuanto que la ideología cristiana imposibilita el mantenimiento de ese sentimiento de salvación gracias al sacrificio del héroe-guerrero. En el Beowulf, poema épico escrito en lengua germánica probablemente a mediados del s. VIII, su autor muestra parte de la problemática de una aristocracia que trata de compaginar su pasado ideológico idólatra con el presente cristiano. El héroe, aunque pagano, es presentado como protegido por la divinidad, que aquí toma la forma de destino, en su lucha contra las criaturas maléficas. Pero finalmente Beowulf también se encuentra destinado a una muerte trágica, asociada a la imposibilidad del mantenimiento de los valores heroicos de una sociedad que ya no existe. De una dimensión colectiva, se ha pasado a una dimensión individual, puesto que el valor o el sentido de justicia del guerrero, su sacrificio, ya sólo pueden servir para su propia salvación.

En la Chanson de Roland, escrita en la segunda mitad del s. XI, incluso ese sentimiento de heroico sacrificio individual ha desaparecido, puesto que el protagonista es mostrado a lo largo de la canción como egoísta y presuntuoso, si bien valeroso y, aunque necesario para la posterior llegada de la paz, él mismo aparece como culpable de su propio martirio:

“Bel sire nies, or savez veirement,
Demi mun host vos lerrai en present.
Retenez les, ço est vostre salvement.»
Ço dit li quens: Jo n'en ferai nient;
Deus me cunfunde, se la geste en desment!”

(Gentil sobrino, os digo verdaderamente,
que os dejaré la mitad de la hueste presente.
Quedáoslos, ellos son vuestra salvación.
Dijo esto el conde: No los necesito;
¡Dios me confunda, si mi estirpe desmiento!)

         La temática sobre la predestinación y la inevitable tragedia que conduce a la muerte de Roldán, cumple una especial función que debe comprenderse en el enfrentamiento entre ciertos valores contradictorios en la sociedad francesa de inicios del feudalismo. “La índole de los pueblos nuevos, […], chocó con las instituciones romanas todavía en pie y con los restos de la cultura antigua, que, en medio de su decadencia y fosilización, retenía su enorme prestigio; choque entre lo juvenil y lo decrépito”[1], conflicto personificado respectivamente por los personajes de Roldán y el emperador Carlomagno.

Continuará...



[1] Auerbach, E. “Nombran a Roldán jefe de la retaguardia del ejército francés”, en Mímesis. 1983. Madrid: FCEM

lunes, 2 de julio de 2012

Revolución social y revolución cultural en la 2ª mitad del s. XX. II Parte


En el desarraigo con las generaciones anteriores, los jóvenes buscaron crear una nueva identidad cultural en el único entorno que conocían, aquel definido por la nueva sociedad del consumo de masas. En esta sociedad urbana, los valores y costumbres tradicionales carecían de sentido, por ello la cultura juvenil se dirigió a quebrar las normas sociales anteriores, un acto de rebeldía que buscaba la liberación personal. A nivel paradigmático, la nueva cultura situó a la juventud como “fase culminante” de la vida, configurándose a nivel social la nueva autonomía de la juventud como estrato social independiente. Como inversión de los modelos anteriores, procedentes de la cultura burguesa, la cultura juvenil adoptó las imágenes y estereotipos, música o forma de vestir, e incluso el lenguaje característicos de las clases bajas urbanas, popularizándolos. En la nueva sociedad mundial, cada vez más interconectada, los jóvenes estadounidenses difundieron su identidad cultural rápidamente. Algunas consecuencias sociales de su difusión se relacionan con los movimientos de protesta que expresaron su rechazo a la política y organización social existente, como los movimientos sociales de mayo de 1968, y que en mayor o menor medida lograron que modificaciones en las legislaciones reflejaran. Por otra parte, resulta evidente que desde la lógica del capitalismo, la popularización de la cultura juvenil recibió un reconocimiento cada vez más amplio por parte de los fabricantes de bienes de consumo.

Los movimientos feministas no resultaban algo totalmente nuevo, puesto que la presencia de las mujeres en el mercado laboral ya se venía produciendo en los estados liberales del s. XIX. Pero en la segunda mitad del s. XX, a la masiva entrada de las mujeres casadas en el mercado se unió una creciente presencia en la enseñanza superior universitaria. Hasta ese momento las mujeres, salvo en casos excepcionales, habían tenido vetado el acceso a los puestos representativos más significativos de la sociedad, tanto en el ámbito público como en el privado. Los cambios culturales que debilitaron aquellos modelos tradicionales sobre la familia y el hogar modificaron también las expectativas convencionales sobre su papel social. Su creciente influencia permitió, entre otras cosas, revelarse como una importante fuerza política a tener en cuenta. Así, en la plasmación ideológica del individualismo, a nivel social aumentaron espectacularmente el número de familias monoparentales, la mujer y sus hijos, principalmente, mientras que las legislaciones plasmaron efectivamente la nueva conciencia de libertad sexual. Y todo ello en el interior de un contexto económico expansionista que permitía la supervivencia efectiva de dichos modelos.

lunes, 4 de junio de 2012

Sociedad de masas y revolución cultural en la 2ª mitad del s. XX


Se ha denominado como edad de oro al gran periodo de expansión económica mundial que se produjo a lo largo de los decenios de los años cincuenta y sesenta del pasado s. XX. La experiencia de la II Guerra Mundial permitió la adopción, fundamentalmente en los países capitalistas dependientes del bloque norteamericano durante la Guerra Fría, de las políticas económicas de corte keynesiano. Con el objetivo básico de garantizar un crecimiento económico sostenido y el buen funcionamiento de la economía capitalista, los estados del mundo occidental desplegaron aquel modelo político que conocemos con el nombre de “estado del bienestar”. El estado del bienestar, una experiencia propia de los estados con regímenes democráticos de corte pluralista y economías de mercado, se caracteriza por un crecimiento de la intervención pública con el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades y una cierta redistribución de la riqueza. El amplio consenso social en torno a este modelo hasta los años 70, que parecía garantizar también la paz social, permitió una consolidación de la sociedad de consumo en los países desarrollados. Este hecho, unido a una elevación generalizada del nivel de vida de la población, provocó un abanico de importantes cambios que transformaron rápidamente la sociedad y la cultura del mundo occidental.

 De entre los diferentes cambios sociales producidos durante la segunda mitad del s. XX, aquel más drástico y de mayor amplitud mundial fue la práctica total desaparición del campesinado y su modo de vida. Este declive, que salvo en determinadas zonas del África subsahariana, el sudeste asiático y China afectó no sólo a Occidente, sino también al resto de territorios donde aún no se apreciaba un significativo desarrollo industrial, puede explicarse por varios motivos, como el espectacular progreso tecnológico que redujo considerablemente la necesidad de mano de obra humana. A mediados de la década de los años ochenta, el 42% de la población mundial ya vivía en entornos urbanos. La desaparición del modo de vida campesino permite comenzar a comprender algunas transformaciones interrelacionadas. En primer lugar, la cultura del comercio y el consumo de masas no puede desarrollarse si no es en un entorno urbano. La migración masiva hacia las ciudades, la misma existencia en un entorno urbano masificado, debilitó los estrechos vínculos familiares y las convenciones sociales tradicionales que garantizaban la supervivencia en el entorno rural. A su vez, este tipo de relaciones, establecidas a partir de modelos cognitivos, simbólicos y morales compartidos que determinaban el papel de cada individuo dentro del colectivo, también comenzaron a desaparecer, afectando a aquellas instituciones que, como la iglesia, ayudaban a perpetuarlos.

Las antiguas estructuras familiares, cuyas características principales eran compartidas por multitud de culturas en todo el planeta*, sufrieron una profunda crisis. La misma lógica del crecimiento económico, que ahora permitía un nivel de vida muy superior al de épocas precedentes a la mayor parte de la población, eliminó el antiguo sentido colectivo de pertenencia de clase, proletaria o campesina, sustituyéndolo por una progresiva tendencia hacia la individualización. Como consecuencia, se produjo un “abismo generacional” entre la juventud del momento y los miembros de las anteriores generaciones. La expansión económica también permitió el ingreso a la formación superior universitaria a los hijos de familias anteriormente humildes, puesto que la economía moderna demandaba una creciente especialización y la formación superior resultó la mejor forma de acceder a los niveles sociales superiores. En este contexto universitario, una auténtica red mundial de producción y compartición de nuevas ideas entre la juventud, comenzaron a desarrollarse dos fenómenos fundamentales: la aparición de la “cultura juvenil” y un nuevo resurgimiento del feminismo y de movimientos en torno a la idea de la liberación de la mujer.

Continuará...

* El patriarcalismo o superioridad estratégica del hombre sobre la mujer y de los progenitores sobre sus hijos, el respeto por los ancianos, etc.

domingo, 29 de abril de 2012

Conócete a ti mismo. Crea tu propio dios interior. II Parte



La misma ciencia, como les comentaba en el puntual ejemplo sobre neurobiología, está propiciando la caída de toda una visión colectiva que viene desarrollándose desde hace unos tres siglos. De repente, cuando miramos atrás, recordamos antiguas enseñanzas abandonadas. En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros

Aunque tienen un origen social, parece que algunos sentimientos son de carácter universal; tal vez sean arquetipos, como diría Platón, o tal vez simplemente parte de la herencia genética, de la programación del ADN humano. Lo cierto es que todas las culturas han tratado de expresarlos de una u otra forma. En la forma de expresarlos es donde radica la diferencia y nuestro oculto poder. El océano no existía antes de los humanos…

Esta críptica afirmación se refiere a esa facultad humana subjetiva, creadora, que se expresa como lenguaje-poema y se caracteriza por desvelar la verdadera esencia de las cosas. Antes de la presencia de los hombres y las mujeres sobre la Tierra, existían vastas extensiones de agua que cubrían el planeta. Pero fuimos nosotros quienes, en un momento dado, nombramos, creamos  el ente que conocemos como “océano”. Está claro que el océano ya existía antes de nuestra llegada, pero no existía como concepto abstracto, no existía en la combinación de mundo mental y emocional que conocemos como sentimiento, no tenía ser, no tenía nombre. En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

Es a través del lenguaje que el hombre hace presente las cosas, desvelándolas, aunque una gran parte del ente creado continúa encubierta, porque el conocimiento del ente, de todo el océano, escapa al hombre, que aún no sabe qué criaturas pueden existir en sus profundas fosas abisales. Es por ello que no podemos definir exactamente sentimientos como la felicidad o el amor.

Tal vez la felicidad sea algo de origen colectivo, tal vez esté en nuestra programación genética, pero se convirtió en real desde el mismo instante que la nombramos, que la creamos en el principio de los tiempos. Somos dioses, sólo que lo hemos olvidado. Somos pequeñas neuronas que forman parte de una red de interconexiones enlazadas al cerebro de la Tierra. De nosotros depende cómo nos interconectemos.

Pero para cambiar las cosas tenemos que empezar a recrearnos individualmente. Debemos superar la programación social desde el interior. El mundo actual, con su doble tendencia a la individualización y la globalización, ofrece una oportunidad única en este sentido. 

Tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera…

Buscad en Spotify o Grooveshark una música que os haga “sentir bien”. Apagad la luz. Cerrad los ojos. Liberad vuestra mente de estrés mientras realizáis unas pocas respiraciones profundas. Sonreíd. Visualizad un espejo con vuestro reflejo. Preguntadle a él, a vuestro yo interior, qué es lo que anheláis. Él no os responderá con palabras, lo hará a partir de un sentimiento concreto. Atravesad el espejo, porque allí se encuentra aquello que habéis estado buscando, allí se encuentra el Grial. Aún es una luz informe. Dadle un nombre pronunciado en voz alta. Percibid cómo poco a poco obtiene forma, sentid cómo un ser es creado y adquiere poder, el poder de haceros felices. Todo lo que necesitas en tu vida ya está dentro de ti…

Tal vez no lo logres en la primera ocasión. Debes repetir el proceso, aunque sólo sean cinco minutos diarios. Las personas aprendemos por repetición desde la infancia. Si te sirvió de algo, debes compartirlo. Sin forzar a nadie, no eres mejor porque hayas descubierto algo que la mayoría no conoce. Esa codicia y vanidad proceden de la programación elitista con la que te han educado. Simplemente compártelo, en tus relaciones personales, tu blog o tu facebook y que sea recibido por quien desee recogerlo. Esto puede ser un principio, si tú quieres. Podemos forjar una red desde el conocimiento de nosotros mismos, una red de seres felices. Podemos ser libres…

Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los dioses

lunes, 2 de abril de 2012

Conócete a ti mismo. Crea tu propio dios interior



 “Te advierto, quien quiera que fueses, Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes hallar otras excelencias? En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros. Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los dioses”

Esta frase, que según la tradición fue inscrita por los siete sabios de Grecia en el frontispicio del santuario de Apolo en Delfos, contiene una enseñanza de carácter universal, tan válida entonces como ahora, o incluso más ahora…

La meta de toda persona es la búsqueda de la felicidad. Para ello elegimos diversos caminos. Para algunos la felicidad está relacionada con la autosuperación, la consecución de los propios objetivos o la posesión de riqueza. Otros la asocian al colectivo, expresándolo a través del sentimiento comunitario, solidario, o tal vez religioso. Si nos preguntan qué es la felicidad, probablemente no seremos capaces de asociarla a un concepto, a un pensamiento porque, precisamente, la felicidad tiene que ver con un sentimiento, un impreciso estado de ánimo que tratamos de perpetuar en el tiempo…

Con el advenimiento del mundo moderno toda verdad fue asociada con la racionalidad, con la mente. Sólo eran válidas aquellas cosas que identificamos a partir de la percepción sensorial del mundo que se nos presenta ante nuestra visión y conceptualizamos mediante el pensamiento. Emoción y sentimiento fueron apartados y considerados signos de debilidad, identificados a un quimérico mundo imaginario, obsoleto e irreal. Pero un anhelo perduró…

Con el desarrollo del capitalismo y la sociedad de masas avanzamos un paso más allá. Toda felicidad se relaciona con la posesión de unos bienes materiales y de consumo, además de con alcanzar un estatus que suele venir definido por una serie de estereotipos sociales interiorizados desde la televisión y otros medios de comunicación de masas. Buscamos sentido fuera de nosotros y la acumulación de bienes no hace sino provocarnos más insatisfacción…


Hoy en día avanzados estudios en neurociencia han descubierto que las zonas del cerebro relacionadas con las emociones se hallan interconectadas, mediante el sistema neuronal, con aquellas otras de las que depende nuestro pensamiento racional. Es decir, que pensamiento y emoción se hallan totalmente interrelacionados, que conocemos el mundo a través de la combinación de ambas facultades, que todo pensamiento tiene asociada alguna emoción o sentimiento. Las emociones son algo primario, se originan y regulan en nuestro sistema límbico y surgen a una velocidad mucho mayor que cualquier pensamiento. La ira, por ejemplo, que suele manifestarse como una incontrolable explosión. No son exclusivas del ser humano, puesto que los animales también manifiestan emociones. Los sentimientos, en cambio, se aprenden en sociedad. No existen sentimientos sin el colectivo y es necesaria la combinación de emoción y pensamiento para forjarlos.

Los sentimientos configuran nuestra realidad. Aportan sentido al universo particular de cada persona. En occidente solemos preguntarnos, por ejemplo, cómo es posible que tantas personas en el mundo musulmán manifiesten una fe tan grande hacia los principios de su religión. Es un sentimiento de pertenencia a una comunidad, religiosa en este caso. Aporta sentido a la vida, sin duda aporta una parte de esa anhelada felicidad. Seguramente ellos, por el contrario, se cuestionarán nuestro insensato culto al bienestar material, al dinero. Idealmente ambas culturas buscamos lo mismo, la felicidad colectiva, pero mientras que unos establecen esa felicidad en un sentimiento de pertenencia a una unidad, nosotros, desde nuestro pragmatismo, nos hemos quedado cojos, ya que tan sólo observamos una parte de la realidad, aquella que podemos oler, ver, tocar y… comprar. Hay tantas personas que se sienten vacías…

Continuará...

martes, 31 de enero de 2012

Rennes-le-Château y el hallazgo del Santo Grial - II Parte



Otro elemento a tener en cuenta son las catorce estaciones del Vía Crucis. Para empezar, normalmente las estaciones se sitúan en el sentido de las agujas del reloj, mientras que en la iglesia de Rennes se sigue el orden inverso. Se observan además diversas anomalías en varias estaciones, como la repetitiva aparición de la mezquita de la Cúpula de Roca, construida en Jerusalén entre los años 688 y 692 d.C., mucho después de la época de Cristo. Otra incoherencia la encontramos en la octava estación, donde una mujer arrodillada abraza a un niño vestido con falda escocesa, hecho supuestamente relacionado con alguno de los grados iniciáticos de las logias masónicas. También, en la estación decimocuarta, Jesús no resucita en su sepulcro, sino que aparentemente es trasladado a toda prisa por varios hombres durante la noche; la posición de su herida en el costado, además, es errónea, porque la imagen se encuentra invertida dentro del conjunto de un vía crucis ya de por sí invertido. Para poder observar el lado correcto, es preciso utilizar un espejo. Como último elemento curioso entre los múltiples existentes citaremos la zona del altar, al fondo de la capilla, que resalta por dos de sus estatuas. A mano derecha, la Virgen sostiene un niño en sus brazos, a la vez que frente a ella encontramos un San José representado de forma inusual, pues también sujeta un niño en brazos. La iglesia contiene dos niños. Este hecho ha suscitado mucha polémica sobre la identidad de este infante sostenido por José, desde que se trata de un hermano de Jesús a que existió un hijo de Jesús.

Pero tal vez la mayor de las polémicas se refiera al hallazgo de dos pergaminos codificados por el abad de Rennes, aquellos que contenían el secreto sobre el Grial, supuestamente en el interior de uno de los dos pilares visigóticos que sujetaban el altar antes de la restauración. Ambos manuscritos, escritos en lengua latina, presentan una serie de incoherencias y errores que, tras un complicado análisis, revelan una serie de caracteres encriptados. Aplicando varios métodos diferentes de descifrado mediante una palabra clave, que se encontraba grabada en una de las tumbas del cementerio de la villa, el segundo de los pergaminos revela la siguiente frase:

"Pastora sin tentación, que Poussin y Teniers custodian la clave (o llave) - paz 681 - Por la cruz y este caballo de Dios - termino (o mato) este demonio custodio a mediodía- Manzanas azules".

Revelaremos ahora, muy brevemente, parte del significado de este mensaje. La mención a la Pastora se refiere, sin duda, a María Magdalena. Nicolás Poussin, pintor neoclásico francés del s. XVII, es el creador de una obra titulada Les bergers de l’Arcadie (Los Pastores de la Arcadia), donde dos hombres y una mujer cuyo oficio es el pastoreo se sitúan señalando una antigua tumba. La relación con el misterio de Rennes se refiere a un sepulcro real situado en los alrededores del valle del Aude, en un bosque junto a la localidad de Arques, y que supuestamente podría ser el lugar de descanso de alguno de los personajes relacionados con el misterio. Desafortunadamente, la tumba fue destruida por el propietario de las tierras a mediados de la década de los 80, justo cuando comenzó a popularizarse el enigma de Rennes-le-Château. El demonio custodio describe a Asmodeo. Y las manzanas azules son un curioso efecto luminoso que se produce en la iglesia de Magdalena cada 17 de enero. Con los primeros rayos del amanecer, la luz proyectada a través de una de las vidrieras es reflejada en la forma de varios círculos (manzanas) de un color azulado. Tras recorrer la iglesia, las luces convergen en el cáliz situado en el centro del altar ¿El Grial? Algunos autores han otorgado un significado iniciático a semejante efecto. Lo curioso del caso es que el 17 de enero es el día de la festividad de San Antonio Abad, uno de los santos representados en el interior de la iglesia, además de resultar la fecha del fallecimiento del abad Saunière.

Así pues, antiguas leyendas, fabulosos tesoros, misteriosos pergaminos cifrados, extraños elementos en una iglesia que se supone católica…, todo ello y mucho más encontraremos en esta insólita y pequeña villa desde la que se domina todo el valle del Aude, un hermoso paraje plagado de misterios que es imprescindible visitar con todos los sentidos alerta, pues la clave del hallazgo del Grial bien podría ocultarse en el interior de cualquiera de las grutas, criptas subterráneas o incluso en el interior de un antiguo pilar visigodo…


miércoles, 18 de enero de 2012

Rennes-le-Château y el hallazgo del Santo Grial. I Parte


Situada en el sur de Francia, la historia de esta pequeña villa de la antigua comarca del Razès, en el actual valle del Aude, es sin embargo sumamente antigua, remontándose a la época de los romanos y sobretodo de los Visigodos, que emplazaron en este lugar una de sus capitales más importantes, Rhedae. La villa de Rennes y toda la comarca son fuente de una sorprendente cantidad de leyendas y fábulas que se entrecruzan y enlazan unas a otras, formando una fabulosa y tupida red sumamente complicada de analizar en su totalidad.

La leyenda moderna parte de los supuestos hallazgos que un sacerdote católico, Bérenger Saunière, llevó a cabo en la iglesia de Santa María Magdalena, de la que era capellán, a finales del s. XIX. Se supone que Saunière encontró unos pergaminos codificados que le condujeron al descubrimiento de un fabuloso tesoro y de unos documentos de una importancia histórica extraordinaria, documentos que luego se han relacionado con la identificación del Santo Grial (San Graal – Sang Real – Sangre Real) con María Magdalena y los supuestos hijos de Cristo, llegados a Francia tras la crucifixión y precursores de la dinastía de los reyes francos merovingios, tal y como nos han mostrado obras como El Enigma Sagrado, cuyas teorías recientemente inspiraron a Dan Brown en su célebre novela El Código da Vinci.

No se sabe realmente si Saunière encontró un tesoro en Rennes, pero sí se conoce el hecho de que de la noche a la mañana un párroco con serias dificultades económicas remodeló la antigua iglesia dedicada a Magdalena, se construyó una mansión llamada Villa Bethania, un pequeño jardín zoológico con varias especies de animales y una torre, la Tour Magdala, donde situó su estudio y biblioteca, además de organizar curiosas recepciones adonde acudían conocidos personajes de las más altas clases parisinas, e incluso extranjeras, y una carretera para facilitar el acceso a la villa. Algunos autores han tratado de desacreditar el supuesto hallazgo de Saunière explicando que los enormes ingresos del cura procedían de actividades ilícitas como el tráfico de misas, cargo por el que fue juzgado y condenado en varias ocasiones, pero se conservan facturas de esos gastos y son tan grandes que quedan fuera de la posibilidad de que procedan únicamente de este tipo de actividades.

Fijando la mirada en el enclave actual, al llegar a Rennes y penetrar en la iglesia encontramos una serie de elementos extraños, una serie de elementos que no corresponden con los dictados por la iglesia católica y romana. Nada más poner el pie en el interior del templo, por ejemplo, es curiosamente un demonio, Asmodeo, quien nos da la bienvenida. Según la tradición bíblica, el rey Salomón engañó a este demonio para que fuera el encargado de construir el Templo de Jerusalén; igualmente, simboliza también al “guardián de los secretos”, y esto conduce a pensar que la pequeña capilla oculta algún tipo de importante secreto…

Continuará...

domingo, 8 de enero de 2012

Las funciones sociales del fútbol. La disputa de un "clásico". III Parte



En la construcción de las identidades individuales, no existe forma alguna de establecer generalizaciones válidas para todos los casos, y éstas, en el momento en que son formuladas, sólo pueden incorporar una parte de la realidad y resultar poco más que tópicos y estereotipos colectivos. Como señala Pujadas, en las sociedades industrializadas, “en el marco urbano la complejidad de opciones, de pautas alternativas, de diferencias objetivas en los procesos de socialización primaria y secundaria, convierten en un verdadero laberinto las trayectorias individuales”*. Tal vez, como indica el mismo Pujadas, la tipología de identidades no sean más que puros productos sociales, pero en la cambiante sociedad occidental éstas son manifestadas de formas totalmente insospechadas en función de las opciones, influencias, preferencias y contextos en los cuáles se sitúa cada individuo. Es más, las identidades se construyen y reconstruyen continuamente, sin que ningún individuo pueda definirse por un mismo marco identitario en distintas circunstancias.

La función social más evidente del fútbol y el resto de espectáculos deportivos deriva de su estatus como lucrativo negocio. Si bien la mayor parte de los beneficios que genera son controlados por algunas minorías, normalmente multinacionales que controlan los medios de comunicación, resulta también un estímulo económico para diversos tipos de comerciantes y establecimientos (bares, comercios de alimentación, etc.). La primera función del fútbol, por tanto, es la de fomentar la economía y el consumo.

Uno de los aspectos más interesantes en este tipo de reuniones es su función social de reforzar los lazos entre los individuos pertenecientes a un mismo grupo de edad, aportándoles un marco colectivo donde pueden coexistir y son reguladas diferencias que en otro tipo de contextos podrían resultar causa de tensiones o conflictos. La comida en común es uno de los principales elementos en este contexto, un mecanismo social de refuerzo colectivo practicado ancestralmente por todas las comunidades humanas de cualquier época. También la práctica de juegos de azar previos a la disputa del encuentro deportivo o el consumo de bebidas alcohólicas en común resultan otros indicadores en este sentido. Una curiosa característica es que el grupo social estudiado suele consumir la cerveza de forma grupal, reforzando aún más ese sentimiento. El ritual consiste en abrir un envase de un litro de capacidad e irlo desplazando al compañero situado inmediatamente junto al individuo a medida que cada sujeto bebe un trago directamente de la botella. No se destapa un nuevo envase hasta que se acaba el contenido del anterior.

La última de las funciones que analizaremos, desde una perspectiva de los instrumentos que utiliza “el poder” en la manipulación de los grupos sociales, se refiere a su capacidad para regular y redirigir posibles conflictos que podrían amenazar la estructura social establecida. Las reuniones en torno a la amplia oferta en la celebración de espectáculos deportivos, resultan mecanismos de control que permiten aliviar ciertas tensiones en un marco social establecido o, dicho con otras palabras, permiten a los individuos descargar su agresividad, fruto de la interacción social, sin peligro de que esas inquietudes puedan dirigirse contra las instituciones normativas de la sociedad. En este sentido, creemos que esta funcionalidad puede aplicarse al notable incremento de las tensiones y la confrontación que últimamente se viene escenificando desde los medios de comunicación de masas, en torno a la ya “clásica” rivalidad entre Real Madrid y F.C.Barcelona. No deja de resultar curioso que este aumento de las tensiones se produzca “casualmente” en un período de crisis, tanto social, como económica y política, como el que se vive en España actualmente.

*Pujadas, J. Etnicidad. Identidad cultural de los pueblos. 1993. Madrid: Eudema, S.A.